martes, 18 de noviembre de 2008

Amanece


Negra la habitación me trae tu cuerpo, abrigo caliente y suave, enroscado en mi cintura que se abre al caminar de tus dedos en mi orografía. Transito por tu cabello con la espera de que se te abran los ojos, me mires y me reconozcas, me pidas que no me vaya, que me quede a acunarte, a tirar tus runas...

De tu boca, murmullos confusos arrastran el cansancio que no cesa. Impaciente me muevo, despacio, desatendiendo mis atenciones, arrancando velas.

Levanto mis esperanzas y aseo mis telarañas. El bautizo reanuda mis ansias pero el reloj, traicionero, marca el punto de no regreso, la larga cola de espera que cada mañana me mira con rojos ojos .

En la ventana amanece, el cielo se rompe, las estrellas se meten en camisa blanca que ata la luna. Y salgo en puntillas cual bailarina, a esperar la noche que nos auna.

2 comentarios:

irene dijo...

La verdad es que cuando te leo e imagino que estos escritos forman parte de tu cotidiano alucino, me resulta impresionante un cotidiano así, tan profundo y poético. Luego pienso que tu cabeza es un manantial de textos y que no en todos están puestas tus entrañas en el día a día...pero todo esto no son más que imaginaciones mías en este momento que tan poco inspirada me encuentro para la poesía y la prosa tan bella.....de mi boca no salen ahora mismo esas palabras, ni siquiera parecidas...y de tu boca salen?? o solo de tu puño y tecla?
Un abrazo en busca de calor en este frío que me corre por las entrañas.

ana p. dijo...

Pues este concretamente cosita si forma parte de mi cotidiano. A mi me salvó la poesía, me salvó la belleza cuando más hundida estaba. Fue el salvavidas al que me agarré con todas mis fuerzas y aprendí que en todas las cosas hay poesía, hay belleza, hay apertura... Sólo depende de la mirada, de cómo dirigirla, de abrirse a sentir lo que sea que se sienta e intentar expresarlo.
Un enorme beso lleno de emoción (=poesía) para ti, que estés dónde estés y te ocurra lo que te ocurra puedas extraer su lado luminoso.