domingo, 18 de marzo de 2012



No me educaron en la creencia de que la prostitución es algo natural porque el hombre tiene “necesidades”.
En las tertulias de mi casa no se alardeaba de cuántos polvos te echabas, ni de si el abuelo era un bala perdida que se había dejado los cuartos de puta en en puta o de cuántas camas y había deshecho.
Mi abuelo era una persona entrañable, muy preocupado por su mujer, sensible, cariños
un tanto tímido. Le quise más de lo que he podido llegar a querer a nadie, de momento. El me enseñó el sentido de compromiso, palabra, honor. Me dio mi modelo de pareja.
Los amigos que se han cruzado conmigo en la vida eran respetuosos en su lenguaje con el sexo opuesto, nunca nunca nunca les he oído burlarse de una mujer en plan sexual o denigrarla como si de una cosa se tratase.
Mi antigua pareja tenía muuchos defectos, casi tantos como los míos pero jamás por su boca salió nada parecido a un te pongo mirando para Cuenca mientras pasas la fregona al suelo. Quizás los modos eran otros y las actitudes eran las mismas? No lo sé, creo que no.
En aquel tiempo me espantaba venir a Vigo a ver a los amigos de mi hermano porque me parecían trogloditas con sus risotadas y comentarios soeces. En el camino de vuelta siempre comentábamos lo mazarocos que nos parecían. Y es que, como digo, no había cultura de puticlub a mi alrededor. Putas haberlas hailas, como las meigas, sin embargo, no era un tema que siempre estuviese encima de la mesa.
Y es que las veces que me plantee el tema, lo hice como estudio de alguna clase de sociología, como un mal social. Que una mujer, por muy libre que sea de hacer de su capa un sayo, venda su dignidad, su cuerpo y al hacerlo nos convierta a todas en objetos de usar, me parece una aberración. Si las mujeres no hubieran tenido que hacerse putas, por falta de recursos, educación, apoyos…. Los ceporros de hoy en día no andarían sintiéndose los machos alfa del rebaño, los gorilas no tendrían que andar pegándose golpes en el pecho para demostrar cuán fuertes son, cuán machotes, cuán grande es su miembro viril…. Dios!!!! Es patético, no quiero estar más en una reunión de penes, porque nunca me he reunido con varias vaginas…. La falta de cultura y de sensibilidad nos lleva a relacionarnos como en la carnicería, pidiendo medio kilo de esto o lo otro. No puedo con ello, de verdad, es que no puedo.
No quiero que esto forme parte de mi vida y seguir mirando para otro lado como si no lo estuviera recibiendo. No me voy a relacionar con hombres, sean quienes sean, que no sean capaces de cuidar el mínimo respeto que se debe a otro ser humano, sea mujer, niño, anciano o lo que sea. Esta vez ha sido suficiente y no pienso volver a consentirlo.

P.D. Pido disculpas a los hombres que no se ven aquí retratados. Sé que algunos habéis traspasado el cliché y os doy las gracias desde lo más profundo de mi corazón por no quedaros en lo que se ha considerado “normal” desde siempre y poder ver que no lo era.

sábado, 17 de marzo de 2012

Que risa me da


En una mesa tras ingerir alcohol la conversación se relaja, lo cotidiano se hace esperpento y la risa se me congela por minutos.
Y es que no puedo comprender cómo resulta gracioso reirse al tratar a un ser humano como objeto. Provocar carcajadas es el objetivo, el hecho de que no te importe lo más mínimo las necesidades, deseos, sentimientos de alguien con quien compartas, aunque sea, unos minutos de cama convierte a quien lo manifiesta y aquéllos que le siguen en unos neardentales.
No puedo más que echar la vista atrás para revisar mis relaciones sexuales: en ellas, con más o menos sintonía, hubo dos seres humanos comunicándose. En ocasiones atropelladamente, o dulcemente, o con una gran vergüenza, con conocimiento y sin conocimiento de causa según mi memoria me va quitando años.
Pero qué les ocurre a algunos hombres? Es que todo puede ser motivo de broma? Es que ven a las mujeres como meros agujeros en los que volcar su frustación, su angustia, su violencia, su miedo a ser vistos, o a sentirse a si mismos?
Mis amigas y yo también hablamos de sexo, también hablamos de hombres pero jamás como si fueran un objeto para usar y tirar. Eso no quiere decir que pretendamos "casarnos" con todos los que, en algún momento, descubrieron el color de nuestras sábanas. Entre la vicaría y el basurero hay muchos matices, muchos caminos, muchos momentos.
No me hace gracia escuchar a un hombre diciendo que a las mujeres les pondría cinta aislante en la boca, o que con esposas ya no importaría nada lo que ella desease. Me parece un lenguaje de violador, sea en broma o sea en serio. No me rio, no me sonrio, se me paraliza el corazón y me entra un agobio muy muy grande.
Hasta cuándo las necesidades emocionales y sexuales de las mujeres van a sar tema de chanza entre IBERICOS??? Estoy de los ibéricos hasta el mismísimo. Ibérico el jamón. Lo demás son posturas trasnochadas que denotan una notable falta de sensibilidad, empatía y capacidad de darse al otro.
Espero que las futuras generaciones de hombres sean capaces de llorar, de sentir, de reir sin lastimar a nadie, de que los deseos de sus parejas no les parezcan una carga o un trabajo. Que el lenguaje sea un aliado y no un estorbo. Espero que así sea, por ellas, por las mujeres del futuro.