miércoles, 19 de mayo de 2010

Cumpliendo sueños


Cuando se cumple un sueño un rumor de cántaros se asoma al alma.
El sol parece más intenso, deslizándose por la sonrisa interna, esa que no se fotografía.
Cuando el sueño se acaricia desde que se tiene recuerdo, llenándolo de matices, colores, habitantes y otras algas, pareciera que es el universo mismo el que te habla, que las mónadas armónicas y preestablecidas cobrasen vida, sentido, coherencia más allá del paso de los siglos.
Y no me muevo, por temor a que todo se desvanezca, y me pellizco despacito, no vaya a ser que me despierte. Y agarro miradas compartidas, con el corazón abierto y confiado en que los vientos serán benignos abrazados a la marea.
Y ahora planto, ahora siembro realidades sin tristezas. Peino la luz en mis cabellos cuando tú llamas a mi puerta. Sabiendo que abriré para amasar sin tretas el transcurrir de estaciones con todas sus setas.

lunes, 10 de mayo de 2010

Hogar


Si en tus ojos me reflejo, es que mi camino coincide con el tuyo.
Si mis manos en las tuyas tocan cielo es que andamos pisando nubes,
a mil metros por encima de lo oscuro, danzando interiores indistintos.
Agrupando sabores de tu boca, quitando uno a uno los velos que me esconden.
Descanso en ti, como ola que naciera al otro lado del mundo.
Descanso en ti sabiendo que tus esquinas encajan y suavizan las mías.
Descanso en ti confiada, como si la niñez me encontrase nuevamente
fabricando cuentos de helechos que mezclar con el rubor del verano.
Y es mi hogar el que encuentro sin tormentas, ni luces que desluzcan el futuro,
ni vecinas que interrumpan los estralos del fuego que encendemos con los tactos.
Y es allí donde encuentro mi persona centrada desde el centro y sin abismos. Sabedora de que los caminos siempre parten de algún sitio.

Desmemoria


Tu existencia inmemorial...: te repites.
Acaso para negar o afirmar que no existe. La mujer de Lot miró atrás y las lágrimas saladas petrificaron su presente. No necesito la llegada de palomas que anuncian horas, días y meses. No necesito las canciones que un día llenaron estancias hoy recorridas por otras arañas. La tela que tejo está llena de gotas que alumbran soles diversos, me siento en cada una de sus dobleces. Orgullosa de la finura de los encajes, de cómo la luz se cuela por ella, creando sombras y dibujos. Mi existencia es una tela por hacer, en un lugar entre árboles y cuevas. A gusto en el sendero que me trajo y el que recorro... No huyo ni de la memoria, ni de lo desconocido. Tengo tiempo y pienso, y repaso las puntadas que me unen al universo que habito. No me desprendo de primaveras y acojo los inviernos como partes de la vida.
Disfruto de los abrazos que me despiertan por las mañanas, sin echar de menos brazos en los que no pueda notar la sangre de la vida fluyendo a borbotones. Si no recuerdas allá tú. Allá tus equivocaciones que se repetirán infinitamente, allá de las personas a las que hagas daño con ellas, allá de ti contigo... Ensalzas banderas de presente desde hace ya muchos pasados, quizás tus relojes se detuviesen, pero eso no implica que el paso de las horas no llene de arena las playas. Lo que antes fue roca, hoy son diminutos colores que contienen universos. Nada se aprende en la nada. Nada nace del vacío que no se habita.

miércoles, 5 de mayo de 2010


Amapolas
cultivo en los suspiros,
se escapan
insomnes,
calcetines...,
rodando calle abajo,
como soles,
trenzándole en aire los colores.
Del velo que cubre lámparas
ni Aladino siembra girasoles,
rebusco y rebusco entre panales
ungüentos sanadores,
pócimas de abuelas sabias
que remedien parasoles,
para desmemorias y futuros,
caminos, descensos y rumores.
Son los cuerpos sin alma,
de palabras gastadas,
los que azmizclo,
deshojo etiquetas devaluadas
y encuentro de nuevo mis sandalias
para recorrer mi identidad,
ya sin fronteras
de países vetados con ginebra.
Amapolas de verano y en las sendas
canturrean a mi paso,
me saludan,
se acuerdan de mis manos,
de mi rostro,
celebran la alegría
apertura de la vida.