lunes, 10 de mayo de 2010

Desmemoria


Tu existencia inmemorial...: te repites.
Acaso para negar o afirmar que no existe. La mujer de Lot miró atrás y las lágrimas saladas petrificaron su presente. No necesito la llegada de palomas que anuncian horas, días y meses. No necesito las canciones que un día llenaron estancias hoy recorridas por otras arañas. La tela que tejo está llena de gotas que alumbran soles diversos, me siento en cada una de sus dobleces. Orgullosa de la finura de los encajes, de cómo la luz se cuela por ella, creando sombras y dibujos. Mi existencia es una tela por hacer, en un lugar entre árboles y cuevas. A gusto en el sendero que me trajo y el que recorro... No huyo ni de la memoria, ni de lo desconocido. Tengo tiempo y pienso, y repaso las puntadas que me unen al universo que habito. No me desprendo de primaveras y acojo los inviernos como partes de la vida.
Disfruto de los abrazos que me despiertan por las mañanas, sin echar de menos brazos en los que no pueda notar la sangre de la vida fluyendo a borbotones. Si no recuerdas allá tú. Allá tus equivocaciones que se repetirán infinitamente, allá de las personas a las que hagas daño con ellas, allá de ti contigo... Ensalzas banderas de presente desde hace ya muchos pasados, quizás tus relojes se detuviesen, pero eso no implica que el paso de las horas no llene de arena las playas. Lo que antes fue roca, hoy son diminutos colores que contienen universos. Nada se aprende en la nada. Nada nace del vacío que no se habita.

1 comentario:

mirada dijo...

Es que es así, tal cual.
Me encanta.
Un besazo, queridiña.