lunes, 18 de mayo de 2009

Benedetti


Mi más profundo cariño para Mario Benedetti, mi profundo reconocimiento de su persona, su arte, su poder de hablar de las grandes cosas haciéndolas parecer sencillas. Gracias por ser y por compartirte con todos nosotros.


Porque te tengo y no
porque te pienso porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte aunque esta herida
duela como dos aunque te busque
y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
Unas veces me siento como pobre colina
y otras como montaña de cumbres repetidas.
Unas veces me siento como un acantilado
y en otras como un cielo azul pero lejano.
A veces uno es manantial entre rocas
y otras veces un árbol con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas como laguna insomne
con un embarcadero ya sin embarcaciones
una laguna verde inmóvil y paciente
conforme con sus algas sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.

viernes, 8 de mayo de 2009

Mimetismo


Las líneas del pentagrama de donde huyen las corcheas, reclaman una melodía que no contenga asonancias para esta primavera. Busqué entre las páginas de versos insomnes, traiciones a la vitalidad, a la entrega, al descontrol pero los silencios en ellos contenidos eran mucho mejores que cualquiera de mis letras.

En el jardín, botones amarillos, susurraban promesas de frutos rojizos que romper en estallido de pepitas y humedades. Abejas libaban sin prisa prescindiendo de horarios y luces; al son del azadón surcaba terrenos en el aire donde plantar el corazón sin riegos ni abonos. ¿A dónde se fue la planificación de esta huerta en la que las solaceas duermen a la sombra de los sauces? Quizás las hormiguitas que se fueron de mi espalda tengan noticias de las mudas ideas que atormentan los rocíos. Soplándole estoy al viento para que lleve arenas de desierto al país amarillo donde reconozcer las huellas del asentimiento, para que los espejos no duelan, para que las enciclopedias mantengan intacto el saber, para que mis zapatillas de bailarina no sigan colgadas en aquella esquina desierta que aguarda los brillos de la purpurina violeta. Amnésica te intentas, más la esquiva memoria en pertinaz encuentro, alarga los pasillos en los que en sueños buscas el pomo de una puerta que derribe muros y escondrijos.

Sólo el pentagrama no se mueve. A lo lejos llega una canción en inglés que acerca pasos que llevaban por calles perpendiculares que nunca se cruzaron. No recuerdo, solamente me mimetizo con los escaparates de la tiendas que cerraron esperando inaugurar alguna cosa que no sea un pantano.