jueves, 30 de octubre de 2008

Propuesta


Si tus labios acarician mi boca,

mil lagartos anidan en mi vientre,

moviendo sus colas al unísono,

desatan la sed que busca fuente.

Y bebemos del agua que alivia

distancia de tu frente a mi frente,

sabiendo del retoño plantado
para que no nos encuentre la muerte.

Tú quieres que plante tu huerta

que coja mi azada, y más fuerte

riegue de colores los vientos

que azotan detrás de tu mente.

Yo miro, perpleja, el sonido

de tu voz que mi espalda acaricia

queriendo buscar margaritas

ordenadas siguiendo el camino.

Sin sentido me encuentra la aurora,

sin sentido no espero relojes,

sin sentido mi casa es tu casa....

sin sentido...
solo sintiendo.

viernes, 24 de octubre de 2008

Los niños duermen en sentido contrario que el girar de la tierra


Paseaba sin rumbo fijo, los ruidos de la ciudad acompañan meciendo los pensamientos que se suceden sin orden, arrastrando desde la lista de la compra a la consciencia de la luz ambarina que tiñe de otoño las aceras.
Eva no quiere pensar, no quiere dar vueltas a la conversación que horas antes le provocara un terrible dolor de cabeza.
- No pensar, no pensar, no sentir-
Una mujer embarazada bebe agua de la fuente de la plazuela. Eva no puede dejar de mirarla, de observar la protuberancia de su vientre, el botón que sobresale como si se dispusiese de una palanca de expulsión accionada a su debido tiempo. La mujer se reincorpora con cuidado, sus movimientos son lentos y dificultosos, un baile ralentizado, lateral. Es su expresión la que denota que no falta demasiado para el gran momento, todo requiere demasiado esfuerzo. Le sonríe cuando pasa por su lado mientras ella no logra dibujar más que una mueca.
-Mi vientre... logrará mi vientre llenarse de vida, inundarse del agua necesaria para vencer toda esta sequía? Creo que ya soy demasiado mayor. cuánto tiempo tendría la energía necesaria para jugar con un niño. Es un capricho desear ser madre? El acto más egoísta de la mujer? Porqué se tienen hijos? Qué es lo que lleva a una mujer a esa decisión que cambiará por completo su vida, y que la mantendrá atada per vitam por un cordón invisible a un ser que no es ella misma?-
Los peatones,que esperaban para cruzar,empujaron su cuerpo hasta la acera de enfrente. se dejaba ir sin voluntad. Sólo caminar y mirar, caminar y mirar, sin detenerse, sin fijarse, sin profundizar, como quien ve pasar las nubes con sus cambiantes formas sin detenerse en ninguna.
Otra mujer empujaba un carrito con dos gemelos abrigados hasta los dientes en sus respectivas sillitas. A Eva le pareció que aquellos niños entendían mejor que nadie su estado de ánimo, miraban sin ver colores, siluetas, piernas que iban y venían, sin apego, sin interés, mareados por el movimiento del que permanecían ajenos.
- Cariño.... Qué te sucede?-
Esa voz le pareció familiar y la hizo salir de su trance devolviéndola a la realidad.
- Ah! Hola... no te había visto... iba despistada-
-Y tan despistada mona, que casi te me echo encima. Llevo saludándote con la mano desde dos calles atrás y tú nada... En la himnopia.... Bueno y qué tal cuéntame ¿cómo estás?
-Bien, bien estoy....
Eva sabía que no tenía que contestarle a su amiga, que en seguida se pondría a cotillear de todo bicho viviente, como decía, y ella podría seguir con este estado insensible en el que se hallaba. Visualizó una pompa de jabón aislante del exterior en la que sentirse segura y sola. Desde que la creo sólo podía ver los labios de Claudia moviéndose sin parar, diciendo palabras que no entendía. Por primera vez en el día sonrió.

lunes, 20 de octubre de 2008

Mujer habitada


El prisma de mi ventana se rompe en pequeños arco-iris, danzan en las paredes violetas que me contienen. La luz tenue que roza mi piel calienta sin quemar el cansancio de un día de trabajo.
Recorro la habitación con mis ojos; por si me reconozco en los objetos que la adornan y me hallo de nuevo en las conchas, de nuevo en la gorda bailarina que cuelga del hilo dorado donde, suspendida, soporta en puntas la ligereza de una obesidad flexible. De nuevo en las piedras semi preciosas que llenan la cesta que la amistad tejiera en aquel maravilloso viaje; de nuevo en el espejo en el que la ninfa italiana sigue tomando su baño.
A mi derecha la estantería repleta de libros que leí en su momento y alguno nuevo que me espera. Las bibliotecas son las coordenadas de la propia historia, revelan el ser de quienes las poseen, hablan a gritos de la vida, las necesidades, las dudas, los desengaños, las alegrías. Peldañitos de una escalera desde la que configuré el mundo, mi mundo.
También la música me transporta a horas pasadas y me promete más horas de compañía. Todo lo viejo se hace nuevo, alquimia de esperanza, de ahora, de después.
Mi reflejo en el espejo sonríe, sereno, carente de histriónicas emociones ni de enormes dudas. Me dejo conducir por el flujo de lo vital que siento en mi cuerpo. ¿Es la de siempre? ¿Soy la de siempre? En momentos como este, en el que todo parece confabular para la paz, creo que no. Que soy otra más relajada, más segura, más acompañada por la certeza de no estar sola.
La presencia del cariño impregna las paredes como pintura renovada todos los días. Qué grato, que acogedor el abrazo con el que mis ojos se abren cada mañana. Que inspirador salir por la puerta a trabajar, a luchar con las obras, el tráfico, las prisas, sabiendo el lugar exacto en el que quiero estar. Que coincidencia que este lugar sea mi habitación, con este sol, estos muebles, estos adornos, esta sensación de placidez. Que raro se me hace que no quiera cambiar nada, que todo esté bien, que no haya deseos, ansias, bajones...
Puede ser que la paz se contagie ¿no crees?

martes, 7 de octubre de 2008

Villa verde con veleros??



En la ventana del mediodía una carta se posó.... Traía onomatopeyas perfumadas y cristalinas preposiciones que taconeaban al son de un bolero. El destinatario insomne abrió sin mucho afán el misterioso sobre que aleteaba contracturado.Querida como estás?Yo bien.CuídateTránsfuga de confesionario, martillea el apéndice nasal que antaño descubriera fragancias de desengaño. Ni siquiera los pendones recordaban el sonido de tus suelas. No reconozco el color de las sílabas, que pronunciadas, se agolpan en dictado. A mis violines les falta tensión para afinar los arcos. Tampoco los cefalópodos que navegan en tu bañera conocen la suavidad de las esponjas, mientras las pompas de jabón que te regalé en tu onomástica explotaron llenando de agujas mis ojos. No lo sentiste. No sufriste la irritación momentánea que traen los arcoiris tras la tormenta. Tu lluvia es gota fría, asola cuanto amarillea al filo del flexo y mientras tanto, tarantulas invisibles anidan en mis hombros, arañan el púbico camino que lleva sin sermones a la cuesta de tu alma. Omníricos entremeses que flameas sin escarcha. Dédalo no te escucha porque sordo lo encontraste cuando airado refundabas el pilar de tu cariño. Sin segundos marche hacia el horizonte cuando signos de interrogación trastocaron mi mochila en zapatillas de felpa.
Acuesto la impaciencia en edredones compartidos y no doy plazos a las agujas que marcan el correr del olvido del personaje sin repuesto. La novia, a punto de iniciar una marcha desnupcial, renunció a tirar un ramo abierto de espigones en tormenta de verano.
Llego, voy, marcho, vengo, coordenadas de dirección que marcaron el rumbo del espejo, flotante en un canal de Venecia. La rosa de los vientos de la ignorancia quizás sea mejor compañera que el carril de la autopista que conduce a tierras moras. La sequía del verano .... tras la puerta.

lunes, 6 de octubre de 2008

Constelaciones


Persigo tu chistera por debajo de las piedras.
En espiral de espejos alargadas las siluetas,
ancestros en baile de máscaras.
Acampa el alma ... espera,
llaves, recodos, sendas con huellas.
De ti nada temo, pues proteges la pausa
del que sabe sin retorno una vez primera.
Al que grita atiendo, al que duerme velo,
sin fronteras el tiempo, alfa y omega.
Lápidas sin nombre, camino de estrellas
sólo del mapa recuerdo
sin olvidar la existencia
de los que me precedieron,
los eslabones de mi cadena.