Persigo tu chistera por debajo de las piedras.
En espiral de espejos alargadas las siluetas,
ancestros en baile de máscaras.
Acampa el alma ... espera,
llaves, recodos, sendas con huellas.
De ti nada temo, pues proteges la pausa
del que sabe sin retorno una vez primera.
Al que grita atiendo, al que duerme velo,
sin fronteras el tiempo, alfa y omega.
Lápidas sin nombre, camino de estrellas
sólo del mapa recuerdo
sin olvidar la existencia
de los que me precedieron,
los eslabones de mi cadena.
1 comentario:
Precioso poema
y bellas constelaciones!
Saludos Ana:)
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