jueves, 12 de agosto de 2010

MAMA


- Puff hija, cuando te haces mayor te das cuenta de que amigos solo tienes tres o cuatro.... El resto conocidos para la juerga... La vida se encarga de poner la amistad a prueba no una sino muchas veces, y cada vez que lo hace se produce una criba en tu agenda que te va dejando un poco mas sola, o mejor acompañada segun se mire-
Observo a mi madre y admiro la sabiduria de mujer madura que transmite. No es una sabiduria basada en libros, titulos o estudios, es su vida, el paso del tiempo, la que reviste todas sus palabras de un poso que las mias no tienen. Mi madre es una mujer que ha sufrido muchisimo, ha tenido una vida muy dura y no ha perdido la sonrisa. Igual que no pierde las ganas de reir, de comer, de dormir, de ver, de contar. Habla de su vida con tan poco pudor, que lo mismo te la encuentras contandole al tendero que su hija, si si, la morenita, tiene la regla, como susurrando entre lagrimas la muerte de su pequeña a cualquier viandante que se cruce en su camino.
Y es que mi madre no tiene verguenza de nada. Es exibicionista, no se esconde lo mas minimo. Nunca se hace preguntas sobre el sentido de todo esto. Simplemente se lanza a la calle como el que se sumerge en una piscina un dia caluroso.
Cuando yo le cuento mis pesamientos sobre la amistad, el amor, la pareja, los niños... tuerce la cabeza escuchandome con un gesto de --- esta pobre, no tiene ni idea...
Antes siempre discutiamos, yo intentaba imponer mi critero por considerarme mejor, mas moderna, mas estudiada, mas independiente.... osease... mucho mas que mi madre. Ahora callo y escucho. Porque una madre puede no ser lo que tu esparabas en tus ensoñaciones infantiles, puede equivocarse, fallar, dar malos consejos. Pero nunca, nunca, nunca pierde de vista que eres su hija y, desde ese amor, es desde donde habla.