viernes, 30 de mayo de 2008

DEBERIA HABER....


Es difícil comenzar la vida a los 42 años teniendo la esperanza intacta y los ánimos encendidos. Comenzar desde cero en todo, en el amor, en el trabajo, en una ciudad nueva, con personas nuevas y escenarios que desconoces. Hasta comprar un jabón se hace una tarea que requiere esfuerzo al no conocer las direcciones de las calles y acabar con tu coche perdida en un barrio totalmente extraño.
Todo es nuevo y esta sensación que hincha el pecho y acelera el corazón, te hace sentir viva por momentos y aterrada por otros. Si las cosas se ponen difíciles, es entonces cuando vuelves la vista atrás y analizas todo lo que pudiste haber hecho y no hiciste, todos los porqués de las elecciones anteriores que ahora alcanzan dimensiones de gigante y vuelven a pasarte facturas que pensabas pagadas mucho tiempo atrás.
¿De que sirve todo este ejercicio mental? Pues de absolutamente nada. Una vez que eres consciente de lo que pudo ser y no fue, es mejor dejar de darse golpes en el pecho, comprar tiritas y cerrar las heridas que sangran.
La vida debería ser más fácil, no pelearnos tanto por la supervivencia. Observo los leones en los documentales de la dos durmiendo despúés de haberse zampado una gacela tompson y no puedo más que sentir una envidia... ¿porqué ellos si y nosotros no? Sería curioso ver a un león trabajando en un circo para poder ir a comprar un trozo de ñu al supermercado, al tiempo que su señora leona manda a los leoncitos al cole leonés, el cual ha subido los precios y han de cambiarse de territorio selvático.... Nuestra vida es francamente absurda, esclavos de un trabajo, con un horario rígido que nos impide desarrollar las partes más humanas de nosotros mismos, dándo nuestro tiempo a cambio de un trozo de papel o de metal que cambiar por objetos, comida, escapadas de la realidad tal y como la hemos creado. Y si tienes una vocación laboral ¿cuántas zancadillas, tropezones, obstáculos para desarrollarla? Hasta cuando seguiremos manteniendo este ritmo? Las expectativas del éxito en la vida se me revelan en ocasiones tan ajenas que me siento un camaleón lleno de pintas amarillas por entonar con el ambiente.
Y parecería una ingenua si no pensase que vivo en esta sociedad y que podría irme al monte de anacoreta. Tonterias. No duraría ni una semana de anacoreta, ¿mis genes están programados para la vida autosuficiente? Pues creo que no, podría hacer muchas cosas pero no sola, no sin comunidad, no sin amigos, no sin otras personas a las que hablar, tocar, sentir. Lástima que no tenga alma de Robinson, la fortaleza de Conan, la destreza de Macgiver, y el cuerpo de Lara Croft.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si, borrarlo todo y volver a empezar ... estaría chulo... crees que sería mejor?
estas ahí ahí con lara crof...

Homeronica dijo...

Cuando cayó el sandinismo en el 90 me corrieron de mi trabajo; también a mi esposa. Pusimos una miscelania para vender al detalle y poder sobrevivir. Soy profesor y tuve que aprender a despachar un producto comercial demandando por algún cliente; mordiéndome la vergüenza y aprisionando mi dignidad en el puño izquierdo; mientras que con la derecha daba el cambio. Nunca en mi vida me había sentido tan mal; cesanteado, como un cero a la izquierda de la sociedad. Salimos adelante por que somos guerrilleros de la vida. Saldrás adelante. Recuerda que hay otros que recogen las sobras que tiramos. Un abrazo. H.

Isabel Mercadé dijo...

Ana,
Nunca hago comentarios sobre mi vida real en los/las (nunca estoy segura) blogs. Pero voy a hacer una excepción. Más o menos alrededor de esa edad, decidí dar un cambio a mi vida. Fue lento, está siendo lento, fue difícl, está siendo difícil. Pero ha sido una de las mejores decisiones que he tomado, entre otras cosas, porque de lo contrario, dejando morir mi alma, me jugaba la vida. Y no es necesario borrarlo todo (aparte de que no se puede). Al contrario, utilizarlo como fuente de conocimiento. Todo es reciclable.
Un abrazo.

Fusa dijo...

Yo con veinte años he sentido eso. Bueno, con dieciocho cuando de un portazo di un cambio radical a mi vida. Y aquí estoy, de vuelta a lo que tenía...

"ojala pudiésemos fluir, como cadena eslabones de lógica.", que dice Manolo García.

Rocio Ramos Morrison dijo...

la verdad es que respecto a las expectativas de éxito y los patrones que tenemos incrustados sobre lo que supone ser exitoso, ando pensando mucho últimamente. Y sobre todo como afecta esto a nuestra capacidad de decidir, y como nos influencia a veces sin ser muy conscientes, a elegir unas u otras cosas en la vida. Desgraciadamente no siempre las que nos proporcionan mas felicidad (de la profunda, no de la de subidon de ego)
en fin que queria hacerte saber que te leo siempre, y que me gusta mucho hacerlo, te mando un abrazote enorme

ana p. dijo...

Montse, no quiero borrarlo todo, es más bien no andar con la mirada en la espalda sino hacia delante. Pero está claro que somos lo que somos porque venimos y elegimos en el pasado. Lo de Lara... en fin... qué tal un óptico?

Homero gracias por tus palabras y el ánimo que desprenden. Espro que estés feliz y que hagas lo que hagas sigas siéndolo.

Bel pues muchas gracias por tu excepción, me encantaría saber más. Los que lleváis delantera podríais echarnos una mano a los que comenzamos a andar por un camino que vosotros ya conocéis. Un beso guapa

Fusa nunca se vuelve totalmente al lugar de donde uno se fue. Ya sabes, nunca se baña uno dos veces en el mismo río.

Chio, tú también eres una de mis lecturas favoritas y te quiero, qué más? Tengo muuuuchas ganas de verte