lunes, 12 de mayo de 2008

A-bis-mos


Caminaba despacio por la calle que tantas veces recorriera agarrada de su mano.
Los pies iban a un ritmo dispar lo que provocaba que saltara dando trapiés tras traspiés, como si las aceras estuvieran llenas de obstáculos transparentes. Anestesiada por dentro, observaba a los peatones, los árboles, los escaparates y todo le parecía de plástico, de mentira, un gran escenario en el que pasear un dolor que, de tan hondo, no encontraba superficie llenando cada uno de sus huecos.
Tan sólo una palabra en su mente ...Porqué?... seguida de un silencio denso como la sangre. Los ratos en los que hilaba pensamientos se decía a si misma que había que entretenerse, que había que hacer algo, que había que dejar de darle vueltas a la cabeza, que había que... Y así volvía al espacio de recogimiento sordo por el que caminaba sin convicción.
Fue en una de esas que sus pies se detuvieron delante de una sala de arte..... Confusión y caos- Leyó- Exposición fotográfica.
Bien, así en caos, totalmente confundida, suspendida en espacio y tiempo, entró en la sala negra que la confortó. La temperatura subió varios grados y se sintió acogida. Desató los nudos de su ropa y sus ojos se aclimataron a la luz.
Una enorme fotografía en blanco y en negro la llamó desde un rincón. Lavabo blanco, lleno de un líquido negro que en torbellino se escapaba por el desagüe. Se sentó en el suelo y la contempló con calma, pensando en la utilidad de los desagües que se llevan nuestros restos de suciedad, de pelos muertos, de escamas de piel... Ojalá pudiera hacer lo mismo con las pesadillas reales.
En una sala aledaña, varias fotos de objetos diversos con la misma temática de reciclaje involuntario, de vomitera íntima. Caminaba suspendida por la intemporalidad de la exposición. En el último pasillo un enorme teléfono de baquelita con un luminoso que se encendía palpitante entre el sí y el no. Apostó consigo misma cerró los ojos y miró:
SI.
Había perdido la apuesta, así que sin premura pagó el precio, cogió su móvil
- Soy yo estoy aquí. Necesito... necesito... Oirte una vez más. Sigo viva, no has conseguido que me muera y me sepulte en tu tierra sin palabras... Por favor, necesito saber porqué. Llámame-
Salió nuevamente a la calle, el frío consiguió reanimarla un poco acelerando su paso. No tenía destino, sus piernas la llevaban, salía y entraba de calles estrechas por puro instinto. Se encontró en frente de un auditorio.
Seminario sobre el desamor. Diario de una búsqueda.
Ponente Carlos Márquez.

- Ha tenido una bajada de tensión. No sé preocupe todo está bien, es muy normal en su estado. Ahora pasará a verla el Doctor de guardia. Descanse-
Cerró los ojos y abrazó la oscuridad.

6 comentarios:

Meiga en Alaska dijo...

Mari, cariño, me tienes totalmente desorientada. Estás bien? Y veo que tendrémos que volver a recurrir a los mails arcaicos para comunicarnos.

Te quieor mucho y te achucho hasta el infinito

irene dijo...

uy cosita pues coincido con la Miri...no se si habals desde tu vivencia o estás viendo otras reflejadas...o simplemente escribes y sale tanta tristeza...y en cualquier caso que salgo es tan bueno..
Mandoche un achuchón grande bella flor

Nuria dijo...

Cuanto tiempo sin pasar por tu espacio.
Siempre, o casi, me asusta leer los textos que publicas. No por nada grave sino que me lleva con facilidad al estado que muestras.
Un abrazo

Rocio Ramos Morrison dijo...

Pues si a mi despues de casi hacerme llorar, mas por verme a mi que a ti, supongo, tambien me has dejado preguntandome cositas. te quiero mucho . gracias por la charla del domingo. Espero pronto poder darnos ese apoyo con abrazos

ana p. dijo...

ESTOY MUY BIEN.
Esto salió más por afinidad y, está claro, que sentimiento en su momento, pero no tiene nada que ver conmigo en este instante.
Me lo inspiró cierta conversación y pensar en una gran ciudad y en llevar ese sentimiento como vestido.... Lo demás literatura

Marinha de Allegue dijo...

O sentir das túas palabras, emociona...

Unha aperta chea de emoción.
:)