miércoles, 12 de diciembre de 2007

Ritmo


Mecida como ola

mi melena
juega
a ser brisa

que escape a las rocas

serena,

sin prisa.

Si siento que vuelo,

me contraigo y expando,

primavera e invierno

flor y gusarapo.

Al ritmo del universo

me hago cosmos

y,

el resto,

se funde en oscuro

crisol de los los cerros

que amarillos apuntan

al techo.

5 comentarios:

irene dijo...

es increíble querida cosita lo importante q es el ritmo en el cosmos y en nosotras como parte del cosmos....si no sales de ese ritmo marcado por la naturaleza la salud se convierte en compañera y con ella la dicha y la alegria...unimos ritmos cardiacos y respiratorios ...nos encontramos con nuestra sabia interna q es la q marca los pasos del camino...sin miedo...sin dudas...sin confusion....en el ritmo del cosmos...ahi donde tu y yo nos encontramos mi bella

Anónimo dijo...

El ritmo. Curioso. ¿Cómo hablo de ti?

Resulta fácil encontrarte como acompañante de canciones, tatareando melodías, incluso las que nunca escuché y para las que siempre hay una primera vez. Es el modo más cotidiano de pasar un rato juntos. Pero si te escribo no es porque me acompañes en canciones. Intento darte un pedacito de escritura porque mereces explicarte más allá de tu primera definición de diccionario. No solo de la música eres el dueño. Tu formar parte de la vida va mucho más allá. Te percibo expectante, atento a cómo transcurren los días, los encuentros, las miradas, los silencios y las decisiones más o menos acertadas. Encaminas objetivos, deseos y realidades. Esto lo haces casi del todo bien. Pero tengo que decirte que también he observado que vas dejando a quién te busca en soledad. Basta que alguien confíe en que algo sigue su ritmo, para que tu, a golpe de azar, te aventures a cambiar el rumbo de los hechos. Me gustaría saber porqué lo haces, si es una orden de tu superior el señor destino, o simplemente, eliges a tus colegas o no en función de algún desconocido prejuicio. Esto no es todo.
Ahora hablemos de una situación embarazosa, de la menos esperada. Aquí te encuentro también. Estás en medio. Entre aquellos que callan queriendo gritar y los que gritan queriendo no ser escuchados. ¿Por qué no compensas éstas situaciones? Equilibras emociones, sí, pero al susceptible le dejas para el final y al incomprendido le enseñas como solución la ira. Tengo que decirte que cuando el corazón es el protagonista no espero tu llegada. No confío en tú disciplina. Sé que te gustan los encuentros irónicos y prometidos de eternos soñadores y que das esperanza a los sueños de aquellos que aburrieron pensar.

¡Qué más decirte! Empiezo a reconocerte cuando formo parte en las conversaciones. Entre las palabras indecisas que no se atreven y la espera de quién te escucha dibujando una respuesta en su mirada. ¿Y en los días? También tienen tu sello. La rutina es rítmica. Aquí te coordinas muy bien para parecer siempre idéntico al día anterior. Acabas tu compás del martes para iniciar el mismo el miércoles. ¿Qué haces cuando te rompemos la rutina?, ¿Cuándo te arrebatamos las riendas queriendo componer una nueva canción? ¿Nos acompañas en la percusión, en la guitarra, o tal vez maracas? Yo quiero componer de nuevo. ¿Te adaptarás a mi partitura? ¿Te sentarás a mi lado para componer un pedacito de estrofa? Ven, quiero que oigas algo…

ana p. dijo...

Anónimo es el autor de tu canción, más no por ello voy a tirar en saco roto los acordes que, afinados, inspiran la imagen que compongo a retazos en este espejo.
No es mi intención darte a conocer una sinfonía que aún esboza pasajes que han de expresar dulzura y no dureza. Este es un pentagrama en el que emborronar mis notas sin juicio. Así lo quiero, así me quiero en este momento observadora de mis disonancias y armonías....
No es momento de buscar director para estrenar el concierto del desconcierto. Me gustaría ir y escuchar algo, más no encuentro tu sendero....

Anónimo dijo...

Es el estreno de un ritmo primerizo? Es el inicio del sendero lo que escribo?

Compases de navegantes como nosotros, tu y yo. Qu se dan cita sin quedar en algo que llamamos soñar. Sorteando asfaltos viejos e incendiosos recuerdos me escribo y no siempre igual. No me pidas que siga siendo el mismo. Ten fuerza para dar.
Ritmo es conocer la arritmia. Es componer una canción que otros puedan tararear.
Ritmo el juego, ritmo la ola.

Ritmo nosotros.

ana p. dijo...

No te pido nada, mi mano corre abierta por las teclas que aporreo al sonar de la curiosidad.
No desdeño al que en soledad puede adivinar el cuerpo de la huella que mi pie deja en la arena para que sea el mar quien la calce.
El tiempo corre arritmico en la enseñanza de que nunca te miras dos veces en el mismo espejo, por eso no pretendo que tu reflejo en este me devuelva dos veces la silueta de un rostro sin labios