miércoles, 31 de octubre de 2007

Con los dragones verdes


Del sabor de tu boca,

como fruta,

nació,

ayer,

un dragón verde.

Sus ojitos, diminutos,

abrieron brecha de fuego

por la que se me va la risa,

y se cuela el miedo.

Ya luché con dragones

en el pasado,

fieros, adultos,

conocidos de los sueños....

Pero este es un niño,

recién nacido,

en pañales,
terso,
frágil
y pequeño.

De mirarlo,

me desarma,

pero
no por ello

teme su embite

mi socarrada alma
tizón
de otras llamaradas.

Así que lo miro,

lo temo,
lo quiero.

En la imposibilidad

de moverme,

espero.

No hay comentarios: