miércoles, 12 de marzo de 2008

Fronteras


Hay fronteras que son límites, detenciones infranqueables que se clavan en cementos de rápido secado. No hay manera de traspasarlas, ni con la suavidad de la pluma, ni con la violencia de la tormenta. Dirijo toda mi fuerza a derribarlas y lo único que consigo es un rosario de moratones y un ánimo desanimado. Su prado no es más verde que el mío, sin embargo la negación al acceso de sus pastos me provoca una testarudez insolente de pataleta de infancia. Que absurdo, qué gasto de energía, de tiempo.... Porqué siempre quiero volver a los lugares de los que me echan? Porqué esa necesidad de aceptación de aquéllos que me niegan? Es una adicción al choque de la pared una y otra vez? Es que nunca me rindo?


Si, ayer me rendí. Claudiqué, acepté, me sometí, afirmé que vuestras fronteras son insalvables, que no estáis dispuestos a que las cruce ni pagando el impuesto de extranjería. Ok. Lo hice con alivio, me saqué de la espalda todos los instrumentos con los que intentaba oradar vuestro suelo. La ligereza volvió a mi persona, qué sensación no estar obligada a recepciones inútiles, a palabras escondidas de sentimientos corteses que encierran maneras de arañas.
La única frontera que quiero cruzar ahora es la de tus ojos, la de tu cuerpo confluyendo con el mío, la de tus labios articulando sonidos dulces como higos. Tú, distinto de mi, al otro lado, pero cercano, accesible, fluyente. Yo tras tus montañas: serena, caliente, expandiéndome en la confianza de no tener que convocar las tropas, de no tener que cercar los prados y permitirte pacer en los míos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Raro empeño que ponemos en derribar muros.No te latimes con el esfuerzo.
yo no tengo muro que deribar pero te ofrezco un lugar para pastar conmigo.
Me gustas Ana y no sabes lo contenta que estoy de haberte encontrado, espero que sea mutuo. Tu enriqueces cualquier lugar, quien no te deje entrar se lo pierde.
Un beso

Meiga en Alaska dijo...

Mari, siempre tuviste un toque cabezota, especialmente para estos menesteres :) Me alegro de que te rindas.

El final suena precioso... como han de ser las cosas :)

Te quiero, hermana del alma

ana p. dijo...

Gracias Montse. Yo también me alegro de haberte encontrado entre tanta frontera infranqueable y que me hayas acogido con un abrazo. Mis brazos también están abiertos para ti, junto a ti no me lastimo, me siento apreciada y a gusto.

Mari, una es cabezota de naturaleza y las cosas dificiles parecían más atractivas que las fáciles. Gracias al cielo que ya no pienso semjante chorrada. Todo puede ser fácil y perfectamente satisfactorio... Si, tienes razón, mi final-comienzo ES PRECIOSO
Te quiero locamente

mirada dijo...

Enhorabuena :-) pues si, me llena de alegría. Un beso guapísima