
Tiene el amor algo de cómodo?
En el sentido de encontrarse a gusto, de ser uno mismo, de no andar con hipocresias o sutilezas exageradas supongo que si. Pero el amor no siempre tiene la cadencia necesaria para que no nos incomode, no siempre nos toca bailar cuando llevamos calzado adecuado, o los martes y los viernes nos viene mal hacerle caso.
El amor tal y como lo busco es atropellado, imprevisto, sorprendente, cuando me acoge para mecerme me dejo ir, pero no puedo acocharme en un colo dentro de un horario previsto. Mi amor sale pitando porque no hay nada más importante que encontrarse con el amado, mi amor deja el espacio suficiente para crecer individualmente porque tiene un gran espacio común donde confluir. Mi amor no entiende de horarios, reglas, retrasos o aplazamientos. Mi amor lo da todo porque todo lo recibe y lo que no está dispuesto a dar no es arrojado como lanza punzante.
Mi amor es generoso, complaciente sin perderse en perspectivas inapropiadas, aventurero y provocador, no concibe la rutina de los saludos cansados. Mi amor busca sonrisas complices al tiempo que acaricia sin usura. Mi amor escucha y después habla y si no se le ocurre nada tararea sones que tranquilizan las dudas.
Mi amor perdido, inexistente, escurridizo, salado como agua de mar, se queda mirando esos amores adolescentes de las primeras veces y se encuentra tan cansado, tan derrotado. Ve la energía de un sentimiento recién nacido y no puede más que envidiar la intensidad perdida por el paso de los años. La añoranza de la esperanza puede más que la comodidad de un tiempo semicompartido, no cree pero quiere creer... Hay algo más impreciso?