martes, 30 de junio de 2009



Encuentro palabras,
colores,
rastros de tus pisadas;
tus manos acarician
piedras con tersura de luna.
Me busco entre adjetivos
para tener una razon,
una disculpa
que me rescate del laberinto
en el que sigo extendiendo hilos.
No son mis ojos los que cantan
al hilo de tus ritmos,
tonadas que en otrora
bailamos bañados en salitre,
acompañan tensiones,
humedades, otros cuerpos.
Enciendo mi antorcha
para buscarme entre ruinas,
muros desgastados
y llenos de grafitis,
jarabe de amapolas,
eriales de ciudad.
A ratos encuentro
trazos,
devaneos del aire
que desgasta las esquinas.
Solo en el silencio se escucha
el latir de mi corazon,
banda sonora de una orografia
de fantasmas habitados.
Construyo el mapa temporal
que devuelva sentido a la locura
pero no hallo
sino encrucijadas,
caminos sin salida,
barrancos,
abismos.
El planeta que construyo
necesita liberarse,
como desaprenderse?,
como des-sentirse?,
como caminar las sendas familiares
sin atarse de la misma forma las sandalias?
El espejo difumina mi imagen
con parte de la tuya.
En el tiempo de las cerezas
abrazo el partir de la memoria.





2 comentarios:

Petri dijo...

Cuantas formas hay de atarse las sandalias?..

ana p. dijo...

Tantas como pies