
La dificultad de aceptarnos como somos,
la línea que separa el uno del nosotros.
Aquello que brillaba sin necesidad de sol
se fue volviendo conflicto, necesidad, oscuridad.
Si puedo aceptar que eres,
si puedo reconocer que soy,
si lo que tú eres y lo que yo soy,
no tiene porqué cambiar,
Sólo si no quiero cambiarte
Sólo si tú no quieres cambiarme.
Entonces visto ropa que no aprieta,
que no deja marcas en la piel
que no necesita de planchados y remiendos.
No quiero máscaras tras las que perfilarte
ahora como príncipe, ahora como sapo.
Me gustaría ser suficiente, ser visible,
ser lo que soy y que por ello me busques.
Me gustaría que fueses suficiente, visible
que seas lo que eres y que por ello te busque.
Hagamos un trato
si algún día descubres en mi mirada
el juicio que no respeta la identidad,
si algún día necesitas que me convierta en otra,
nos diremos adios con sonrisa y abrazo,
para seguir caminando, y quién sabe si encontrando
a aquel que quiera que la imagen del espejo
siga siendo el reflejo fidenigno
de las personas que somos.