martes, 25 de noviembre de 2008

Cambios


Decía Heráclito que todo fluía, todo estaba en permanente cambio y esa era la esencia de la realidad, ese concepto abstracto que acoge todo este movimiento y lo sustenta convirtiéndolo en un sueño de permanencia, de seguridad, de quietud.
Aceptar los propios cambios no siempre constituye algo fácil. No siempre estamos de acuerdo con lo que la vida nos va trayendo, o lo que suponen las elecciones que tomamos.
Los que creen en el destino piensan que estos cambios vienen "prefijados de fábrica", como una especie de código de barras en el que, además de nuestra fecha de facturación y caducidad, vendrían insertados los momentos encrucijada de la existencia.
Otros opinan que el destino es la disculpa de los cobardes que no admiten la propia responsabilidad de sus acciones y atribuyen a las fuerzas fatales todo cuanto deciden, permaneciendo inocentes pese a que sus actos influyan negativamente en los demás.
Quizás hemos evolucionado en la historia de la humanidad, pero no hay nada nuevo en lo que a la conducta moral humana se refiere. Ya los griegos hablaban de voluntad y libertad como características íntrinsecas a la moral. La petición de "seriedad" aristotélica al Espoudaios, hombre moral, responsable de su propia vida como quehacer.
En la Edad Media ya dirimían entre el libre albedrío o determinación.
Particularmente soy partidaría del pensamiento no determinado. Y digo bien partidaria porque no conocemos prácticamente nada del fin de nuestra existencia como especie, sólo podemos dejarnos encaminar por nuestro pensamiento y responsabilidad individual. Que la fe sea la base de nuestra acción no nos exime como creadores de nuestra cotidianidad.
La libertad es un concepto creado por el ser humano que ha evolucionado y cambiado a lo largo de la historia de la misma manera que la esclavitud.
Así que mi intención vital es aprender de los cambios de mi vida. Intentando siempre ver el lado positivo que me enriquece personalmente y provoca beneficios a los que me rodean. El crecimiento que aportan a mi persona las consecuencias, positivas o negativas, que del cambio se derivan.
Si nos aferramos a una falsa quietud, a una seguridad que nada tiene que ver con la vida, seguiremos moviendonos de crisis en crisis, repitiendo los mismos fallos una y otra vez. Tenemos la responsabilidad de hacer de nuestra vida algo valioso, como individuos y como especie... De nosotros depende.

1 comentario:

Anxeles Ramos Vázquez dijo...

Ola Ana, por fin eu tamén teño un huequiño para saludarte e felicitarte polo teu blog. Eu tamén creo e síntome a protagonista da miña historia, dende fai algún tempo alomenos. Non creo, menos mal!, que todo dependa de min nin que controle todo. Tentar cambiar o que depende de min, aceptar o que non, e sobre todo, o máis difícil: distinguir entre unha cousa e outra.
Un bicasso Ana, alégrome moito de compartir sentimentos, pensamentos e vivenzas contigo....A vida sempre nos sorprende! e unha parte de esas sorpresas tamén está na nosa capacidade de sorprendernos.. todo está dentro e fora, fora e dentro, dentro e fora...como un xogo.
Unha aperta grande, seguireite a pista!