jueves, 20 de diciembre de 2007

Navidubis


Hola
acabo de ser arrebatada por el espíritu de Navidad más infantil.... Acá estoy en la biblioteca rodeada de los niños, con quienes me paso todos los mediodías desde hace dos meses, escuchando villancicos en el ordenador. Jingle Bells para ser exactos. Ver sus cabecillas moviendose y cantando la musiquilla, me ha hecho volver al espíritu de aquellos años en los que las navidades aparecían como la época más luminosa del año, la que esperabas durante los largos días de clases en una cuenta atrás llena de esperanza.

Llevo meses maldiciendo la Navidad, fuera de todo espíritu alegre o celebrante y en dos minutos estos niños me han hecho volver a ponerme el pijama de princesas y sonreír pensando en el árbol, en los regalos, en los villancicos, en la familia.

Les doy las gracias y mi cariño. Gracias chicos.
FELIZ NAVIDAD

martes, 18 de diciembre de 2007


En acción de gracias me encuentro, tras releerme y sentirme.

Acunada en el ritmo de la vida, siento tu mano en mi mano, tu pecho de madre, tu protección de padre.

Tras mis pasos, la suave música de los astros atrae a mi camino mil casualidades con causa. Creo que creo aquello que necesito y aparece ante mi lo que pido. La palabra Gracias me nace en la boca, dirigida a todo y a nada, no sé con quien hablo, no sé si en este acto íntimo, que ahora se muestra compartido, mi interlocutor comprende mi apertura y mis ansias. Supongo la no importancia de conocer, y si la de sentir, esta comunión de encuentro que mi mente recibe cada día, esta sensación de infinitud que encuentro cuando no hay límite que me ate al suelo si salgo a volar.

Sin perfiles que enmarquen la realidad sensible, lo múltiple se hace uno y soy una con todo. En este regazo divino no encuentro espacio ni tiempo, mi personalidad, mi yo se funde con la tuya, con la de ella, con la nuestra, con aquello que somos todos más allá de apellidos y labores.

Esta es mi experiencia de lo divino, de la divinidad sin rostro ni nombres, tal y como yo la recibo, tal y como se me manifiesta en los más diversos caminos. Sé que hay una vía, por lo menos así lo concibo, es la belleza en el mundo, un amanecer, una hoja, la blancura de una nube, las arrugas en una anciana, la mirada amorosa de un amigo, la luz de la ciudad al desperezarse, todas aquellas cosas que hacen que me nazca una sonrisa en el rostro que no puedo retener, que da mis pies ligereza de ave, que convierte la acera en un campo de amapolas... En definitiva, que me reconcilia conmigo misma y con el mundo, el espacio, los demás, todo lo que me rodea.
Por poder realizar esto sin esfuerzo, por darme de bruces con la belleza y la alegría doy gracias desde todo lo que soy a quien corresponda....

lunes, 17 de diciembre de 2007

Sobresaltos


Mis pasos conocen el camino

que lleva de vuelta

al jardín donde las flores

son marchitas.

Inicio el ascenso de la cuesta

que corta mi respiración acelerada,

aprieto en los bolsillos mi manos,

mientras corro a las alturas

como caballo desbocado.

Me elevo sobre el paisaje

que no se me revela novedoso,

paro en el filo de una nube,

enganchada en los hilos

de un teléfono

que borra su agenda cada mañana.

Los números olvido entre el polvo

que quito de mis libros, de mi música,

atenta a las abejas que zumbando

entran en mi ventana cuando silbo.

Todo pareciera aquietado,

suspendido, tranquilo

más cuando subo la cuesta

y encuentro lo que miro

un sobresalto ocupa mi alma,

un sobresalto y me agito.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Ritmo


Mecida como ola

mi melena
juega
a ser brisa

que escape a las rocas

serena,

sin prisa.

Si siento que vuelo,

me contraigo y expando,

primavera e invierno

flor y gusarapo.

Al ritmo del universo

me hago cosmos

y,

el resto,

se funde en oscuro

crisol de los los cerros

que amarillos apuntan

al techo.

martes, 11 de diciembre de 2007


En la marea me duermo

abrazada a las algas,

soñando universos,

tejidos con versos,

en mi piel escrita

por tinta: tus besos.

Al alcanzar la ola

su crepitar de espuma,

te vas como vienes,

coronado de luna.

En la arena

palpitando

encuentro naciendo

boreal la aurora,

níveos, mis sueños.

Móstrarte quisiera

mis entretelas,

mis entrañas,

mis cuencas,

para que vieras

que hasta el tuétano

empeño en tus maneras.

Si Selene entierra

azul las lágrimas,

abismo insondable

abre con saña.

Protegida del viento

peino aromas

que juntar contando

las amapolas.

viernes, 7 de diciembre de 2007

A los amigos futuros



Enciendo una vela,


como faro en la costa presento para que escuches mi llamada.


A ti que no conozco todavía pero que presiento a mi lado compartiendo mi anhelo.


A ti que mis palabras buscan en colchón risueño.


Mis brazos acunan dialogos cómplices que comulgar sin sueño.


Cuando llego, mi sonrisa encuentra tu gesto, amigo que se alegra al encontrame.


Al partir, el corazón calentito y las manos en ofrenda, no saben de restos ni adicciones, no esconden el sentir, reciben y se ofrecen, se acercan cuando se alejan manteniendo el hilo invisible del que siempre se sabe cerca.


No te busco, te espero, segura de que encontrarás la forma de reconocerme, entre las frias nieblas de la ciudad abierta.

Qué dicha nos espera! En el cruce de caminos liberaremos palomas mensajeras, que lleven la señal que nos alerta, aquella que descubre si hay almas gemelas cerca.


Pronto, muy pronto, olvidaremos quejas producidas por el silencio, soledad encubierta con otros encuentros desafinados, con agujas desinteresadas que niegan la palabra, que rechazan el regalo de la presencia, aguando mi ojos ante tu ausencia.


Al amigo que viene espero, abrazo, me entrego y dirijo mi ruego para que venga sin pausa por el año nuevo.


A los amigos ya encontrados mi amor entero y mi nostalgia perpetua, mientras el tiempo nos teje pasarelas de mimos y noches despiertas.

lunes, 3 de diciembre de 2007

me expreso


Si mil alfileres clavándose

en el portal de tu seno

lograsen que el agua manase

allá donde sólo hay desierto,

usaría mi boca como alfiletero.

Más las palmeras que riegas

sombras solitarias producen,

que no sofocan ni calman
invierno sin aguacero.


Tras la lluvia

apresuro

el paso

y no espero

que el paraguas de tus ojos

esté buscando pañuelo.

Aguijones que no clavo

sientes en tu pecho,

sin porfiria,

sin veneno,

están hechos mis sueños

que suelto sin correa

esperando un movimiento.